España peninsular
Este artículo trata sobre un antiguo pueblo de la Península Ibérica conocido hoy como los íberos. Para los íberos actuales, véase Españoles y Portugueses. Para los antiguos georgianos, véase Reino de Iberia.
La cultura íbera se desarrolló a partir del siglo VI a.C., y quizá ya entre el quinto y el tercer milenio a.C., en las costas oriental y meridional de la península Ibérica[2][3][4] Los íberos vivían en aldeas y oppida (asentamientos fortificados) y sus comunidades se basaban en una organización tribal. Los íberos del Levante español estaban más urbanizados que sus vecinos del centro y noroeste peninsular. Los pueblos del centro y noroeste eran en su mayoría hablantes de dialectos celtas, semipastoriles y vivían en poblados dispersos, aunque también tenían algunas ciudades fortificadas como Numancia[5]. Conocían la escritura, la metalurgia, incluido el bronce, y las técnicas agrícolas.
En los siglos que precedieron a la conquista cartaginesa y romana, los asentamientos ibéricos crecieron en complejidad social, mostrando evidencias de estratificación social y urbanización. A este proceso contribuyeron probablemente los contactos comerciales con fenicios, griegos y cartagineses. A finales del siglo V y principios del IV a.C., una serie de importantes cambios sociales condujeron a la consolidación de una aristocracia y a la aparición de un sistema clientelar. “Este nuevo sistema político dio lugar, entre otras cosas, a ciudades y pueblos que giraban en torno a estos líderes, lo que también se conoce como nucleación territorial. En este contexto, el oppidum o ciudad ibérica fortificada se convirtió en el centro de referencia del paisaje y del espacio político”[6].
¿Quién fundó la Península Ibérica?
Los fenicios de Oriente Próximo construyeron allí puertos comerciales hace 3.000 años, y los romanos conquistaron la región hacia el año 200 a.C. Los ejércitos musulmanes navegaron desde el norte de África y se hicieron con el control de Iberia en el siglo VIII d.C. Unos tres siglos después, empezaron a perder territorio en favor de los estados cristianos.
¿Quién vivía en la Península Ibérica antes de los romanos?
Celtas. Hispanoceltas/Celtas de Hispania – Vivían en amplias zonas de la Península Ibérica, en las regiones septentrional, central y occidental (más de la mitad del territorio peninsular).
Lengua ibérica
En la primera mitad del milenio, las tribus celtas del otro lado de los Pirineos se mezclan con los íberos para formar los celtíberos, un amplio grupo etnográfico en el centro norte de la península. En el sur, la cultura ibérica recibe la influencia de las civilizaciones del Mediterráneo oriental a través del comercio y las colonias establecidas primero por los fenicios y más tarde por griegos, cartagineses y romanos. En las dos últimas décadas del siglo III a.C., Roma y Cartago libran una encarnizada lucha por el control de las ciudades estratégicas y las ricas minas de plata de la península. Roma se convierte finalmente en la potencia dominante, aunque tarda casi 200 años en pacificar a las tribus que se resisten al control imperialista.
Alemán ibérico
La Península Ibérica (/aɪˈbɪəriən/),[a] también conocida como Iberia,[b] es una península del suroeste de Europa, que define el borde más occidental de Eurasia. Está dividida entre la España peninsular y el Portugal continental, que comprende la mayor parte de la región, así como Andorra, Gibraltar y una pequeña parte del sur de Francia. Con una superficie aproximada de 583.254 kilómetros cuadrados (225.196 millas cuadradas)[1] y una población de unos 53 millones de habitantes[2], es la segunda península europea por extensión, después de la Península Escandinava.
Según Charles Ebel, las fuentes antiguas, tanto en latín como en griego, utilizan Hispania e Hiberia (griego: Iberia) como sinónimos. La confusión de las palabras se debió a un solapamiento en las perspectivas política y geográfica. La palabra latina Hiberia, similar a la griega Iberia, se traduce literalmente como “tierra de los hiberianos”. Esta palabra derivaba del río Hiberus (ahora llamado Ebro o Ebro). Hiber (ibero) se utilizaba, por tanto, como término para designar a los pueblos que vivían cerca del río Ebro[5][13] La primera mención en la literatura romana la hizo el poeta annalista Ennio en el año 200 a.C.[14][15][16] Virgilio escribió impacatos (H)iberos (“iberos inquietos”) en sus Geórgicas[17] Los geógrafos romanos y otros prosistas de la época de la República tardorromana llamaron Hispania a toda la península.
Jamón ibérico
Los griegos llamaban iberos a los habitantes originarios de la Península Ibérica. Sin embargo, existen varias poblaciones diferentes. Según las investigaciones arqueológicas, antropológicas y genéticas, los íberos debieron de llegar a la península en la época del Neolítico (5000 – 3000 a.C.). Algunos científicos creen que procedían originariamente del Mediterráneo oriental, otros que estaban emparentados con los fundadores de la cultura megalítica (Reino Unido, Irlanda, Francia), de la que existen numerosos hallazgos también en España. Los íberos más avanzados fueron sin duda los tartessos, fundadores de la alta cultura más antigua de Europa occidental, y sus descendientes “turdetanos” y “turdulos”.Hacia 1200 a.C. las tribus celtas entraron en la península desde el norte, mezclándose con los íberos y generando así la raza celtíbero. El origen de la raza basca que habita el norte del país es incierto, pero muchos historiadores suponen que se remonta a una población preibérica.
Hacia el año 1100 a.C. los fenicios llegaron a la península y fundaron colonias, la más importante de las cuales fue Gadir (actual Cádiz), Malaca (actual Málaga) y Abdera (actual Adra, en Almería). Durante las guerras púnicas entre Roma y Cartago, los cartagineses invadieron España y conquistaron gran parte de su territorio. Sus colonias más importantes fueron la isla de Ibiza y Cartagena, la “nueva Cartago”.