Qué es un lince ibérico
El pasado mes de octubre, tras acusar recibo de la solicitud formal acompañada del correspondiente informe, la Subdirección General de Medio Natural del Ministerio de Medio Ambiente remitió estos documentos a su Comité Científico de expertos para que emitiera una posición oficial. Hasta la fecha, sólo la población situada al sur del río Duero está incluida en esta protección. Por lo tanto, las dos solicitudes se analizaron por separado.
Por último, no se recomendó la inclusión del lobo ibérico en la categoría de vulnerable en el ‘Catálogo Español de Especies Amenazadas’, ya que la información aportada sobre el tamaño del área de distribución a principios del siglo XX no era concluyente. Sin embargo, su incorporación al ‘Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial’ fue recomendada por unanimidad por el Comité Científico del Ministerio de Medio Ambiente, por las “pruebas tangibles de su importancia como patrimonio cultural y científico nacional, así como por la gran relevancia de los servicios ambientales que produce la presencia de este carnívoro en nuestros ecosistemas naturales”.
Lobo de Algonquin
España es uno de los últimos refugios del lobo europeo. La población ibérica de lobos se está recuperando lentamente desde el mínimo alcanzado en 1970 (400-500 individuos) y en la actualidad (2003) se estima que alcanza los 2.000-2.500 ejemplares, casi el 30% de la población europea de lobos fuera de la antigua URSS. Hay varias razones que explican el aumento de la población de lobos. (Sp. – lobo; Cat.- llop; Bas.- otsoa; Gal. – lobo; Ast;
En segundo lugar, en los últimos 40 años se ha producido una enorme migración de personas del campo a las ciudades. Esta despoblación ha provocado la regeneración de la vegetación natural en antiguas zonas agrícolas y el enorme aumento de especies de presa como el corzo y el jabalí. Basta con conducir o tomar un tren por el centro y el norte de España para apreciar la inmensidad y el vacío del paisaje, y su potencial para albergar una fauna rica y variada.
Lobos en Galicia Las cifras de 1988 pueden haber sido exageradas. Un artículo publicado en junio de 2006 en la revista Quercus (Especial sobre Galicia) señala que hay 60 manadas (grupos familiares) confirmadas + 8 posibles, lo que arroja una cifra más cercana a los 350 lobos en Galicia. Los lobos están presentes en baja densidad en toda la región, excepto en la costa, donde sólo se encuentran en la Costa da Morte. Como se señala en este artículo, los lobos gallegos han utilizado durante mucho tiempo los montones de basura y los restos de las granjas porcinas y avícolas como una importante fuente de alimento. Esto está llegando a su fin, ya que la normativa de la UE obliga a cercarlos cada vez más. En el lado positivo, el abandono de la vida rural ha propiciado un notable aumento de corzos y ciervos rojos desde 1988. Una de las principales causas de muerte de lobos en Galicia son los atropellos (58 en los últimos tres años). También existe, sin duda, una elevada mortalidad oculta por persecución humana directa debida a conflictos con el ganado, especialmente en las zonas más humanizadas donde hay pocas presas salvajes. Entre septiembre de 2003 y agosto de 2004 se registraron más de 2200 muertes de ganado. Aunque Galicia no es una región especialmente densamente poblada, gran parte de la zona está semiurbanizada en asentamientos en expansión. Las posibilidades de que se produzcan híbridos lobo-perro en una zona así son, por tanto, mayores, aunque no existen estudios al respecto. Otra amenaza son los incendios, que han provocado una grave degradación del hábitat en gran parte de la región.
Lobo chino
Cuando los viajeros sueñan con España, la mayoría piensa en pasear por callejuelas empedradas, escuchar la guitarra española y beber vino a la sombra de una imponente catedral medieval. Sin embargo, es un error pensar en Europa sólo en términos de sus bellas ciudades y siglos de historia humana. Todavía queda algo de naturaleza salvaje.
Por desgracia, la conservación de la naturaleza es una nueva prioridad para la humanidad. En España hay varias especies esenciales que luchan por sobrevivir en nuestro nuevo y abarrotado mundo. En todo el mundo, los grandes depredadores hambrientos como osos y lobos están sintiendo con especial dureza la amenaza de la extinción.
España es el segundo país más grande de Europa Occidental y cuenta con la mayor variedad de fauna salvaje. Los osos solían campar a sus anchas por toda la Península Ibérica, desde Francia hasta España y Portugal. Conocidos como oso pardo cantábrico y oso pardo ibérico, eran un animal común en toda Europa.
Desde 1212, España ha utilizado al oso como uno de sus símbolos cuando marchaban en batalla contra los moros. El oso ha seguido formando parte de sus escudos de guerra y símbolos urbanos. Las siete estrellas de la bandera de Madrid representan el oso de la constelación de la Osa Menor. Los romanos llamaron originalmente a la región de Madrid Ursaria, que significa la tierra del oso.
Lobos en Europa
El lobo ibérico (Canis lupus signatus,[2][3][1] o Canis lupus lupus,[4] español y portugués : Lobo ibérico),[5] es una subespecie de lobo gris. Habita en el noroeste de la Península Ibérica, que incluye el noroeste de España y el norte de Portugal. Alberga entre 2.200 y 2.700 lobos que llevan más de un siglo aislados, sin mezclarse con otras poblaciones de lobos. Forman la mayor población de lobos de Europa Occidental[6].
El lobo ibérico Canis lupus signatus Cabrera 1907[2] está clasificado como Canis lupus lupus por Mammal Species of the World[4] Algunos autores afirman que el lobo del sureste español, avistado por última vez en Murcia en la década de 1930, era una subespecie diferente llamada Canis lupus deitanus. Era aún más pequeño y de color más rojizo, sin manchas oscuras. Ambas subespecies fueron nominadas por el zoólogo de origen español Ángel Cabrera en 1907.
La morfometría craneal, el ADNmt y los microsatélites del lobo ibérico difieren de otros lobos europeos[13] En 2016, un estudio de secuencias de ADN mitocondrial de lobos modernos y antiguos indicó que, en Europa, los dos haplotipos genéticamente más distintos forman el lobo italiano y, por separado, el lobo ibérico[14].