¿Por qué están en peligro los linces?
El lince ibérico es el felino más amenazado del mundo, con recuentos recientes que estiman que sólo 250 individuos sobreviven en libertad. Los recientes descensos del lince ibérico se han asociado a fuertes reducciones regionales en la abundancia de su presa principal, el conejo europeo, causadas principalmente por el virus de la mixomatosis y la enfermedad hemorrágica del conejo. En la actualidad, sólo persisten dos poblaciones de lince ibérico en estado salvaje, frente a las nueve que había en la década de 1990.
Desde 1994 se han gastado más de 90 millones de euros para mitigar el riesgo de extinción de este carismático animal, principalmente mediante la gestión del hábitat, la reducción de la mortalidad causada por el hombre y, más recientemente, la translocación. El objetivo es facilitar la reintroducción de un grupo genéticamente diverso de linces en zonas adecuadas dentro de su área de distribución histórica reciente. Aunque la abundancia de linces puede haber aumentado en los últimos diez años en respuesta a la gestión intensiva, este nuevo estudio advierte de que las estrategias de conservación en curso podrían comprar sólo unas pocas décadas antes de que la especie se extinga: “En nuestro estudio mostramos que el cambio climático podría conducir a una disminución rápida y grave de la abundancia de linces en las próximas décadas, y probablemente conducir a su extinción en la naturaleza dentro de 50 años”, dice el autor principal del estudio, Damien Fordham, del Instituto de Medio Ambiente de la Universidad de Adelaida en Australia. Según el Dr. Fordham, “los actuales esfuerzos de gestión podrían ser inútiles si no tienen en cuenta los efectos combinados del cambio climático, el uso del suelo y la abundancia de presas sobre la dinámica de población del lince ibérico”.
Cuántos linces ibéricos quedan
Debido a la precaria situación del lince ibérico (Lynx pardinus), en libertad, es necesario aplicar medidas de conservación de forma eficaz y eficiente, integrando esfuerzos y herramientas de trabajo. La conservación del lince ibérico podría concebirse como un puzzle cuyas piezas deberían encajar adecuadamente. Una de esas piezas es la conservación ex situ, que incluye -entre otras actividades- la cría en cautividad, la gestión genética y demográfica de la población cautiva, la gestión de un Banco de Recursos Biológicos (BRB), la preparación de los animales nacidos en cautividad para su liberación, así como la creación de capacidades, la educación y los esfuerzos de divulgación.
El Programa de Conservación Ex situ del Lince Ibérico está integrado en la Estrategia Nacional para la Conservación del Lince Ibérico, respaldada oficialmente por la Comisión Nacional Española de Protección de la Naturaleza. Instituciones nacionales, regionales e internacionales colaboran con el Programa, que actualmente se ejecuta a través de una “comisión multilateral” que incluye a los gobiernos centrales de España y Portugal, junto con los gobiernos autonómicos de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, España. Portugal, donde no se detectaron poblaciones de lince ibérico durante el último censo de 2002-2003, ha desarrollado su propio plan de acción de conservación ex situ en coordinación con el programa español y actualmente gestiona una instalación de cría en cautividad en Silves, Portugal, y trabaja en la mejora del hábitat para el futuro restablecimiento de las poblaciones de lince.
Datos de interés sobre el lince ibérico
El lince ibérico (Lynx pardinus) está considerado el carnívoro más amenazado de Europa y la especie felina más amenazada del mundo. Es endémico (nativo) de la Península Ibérica y figura en la lista de especies prioritarias para la conservación de la Directiva de Hábitats de la UE y en el Convenio de Berna y los Libros Rojos de Vertebrados de Portugal y España.Los datos históricos indican que el lince ibérico estaba presente en la mayor parte de la Península Ibérica a mediados del siglo XIX. En 1960, su área de distribución se limitaba a la parte suroeste de la península. En 1980, la población de linces portugueses se estimaba en no más de 50 individuos. Y en el momento en que se propuso este proyecto, se creía que se había reducido a sólo tres áreas principales, dos de las cuales estaban junto a la frontera española. Además, se trataba de zonas fragmentadas que ponían en grave riesgo la viabilidad continuada de la población. Se cree que la destrucción de los bosques mediterráneos, su hábitat preferido, y la drástica disminución de la población de conejos silvestres, su especie de presa más importante, han contribuido al fuerte declive de la población portuguesa de lince ibérico en las últimas décadas.
Cuántos linces ibéricos quedan 2022
El lince ibérico (Lynx pardinus) es una especie de felino salvaje endémico de la Península Ibérica, en el suroeste de Europa. Está clasificado como En Peligro en la Lista Roja de la UICN[2]. En el siglo XX, la población de lince ibérico había disminuido debido a la caza excesiva, la caza furtiva, la fragmentación de hábitats adecuados y el declive poblacional de su principal especie presa, el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus), causado por la mixomatosis y la enfermedad hemorrágica del conejo[3][4][5].
A principios del siglo XXI, el lince ibérico estaba al borde de la extinción, ya que en 2002 sólo sobrevivían 94 individuos en dos subpoblaciones aisladas en Andalucía. Desde entonces se han aplicado medidas de conservación, que incluyen la mejora del hábitat, la repoblación de conejos, la translocación, la reintroducción y el seguimiento de los linces ibéricos. En 2012, la población había aumentado a 326 individuos,[6] a 855 en 2020,[7] y a 1.111 en 2021[8].
Felis pardina fue el nombre científico propuesto por Coenraad Jacob Temminck en 1827, quien describió pieles de linces ibéricos abatidos en la zona del río Tajo, en Portugal, que se comercializaban en París y Londres[9].