Lince blanco
En los últimos tres años las colisiones con el tráfico rodado han matado más linces que en toda la década anterior, debido fundamentalmente a la apertura de carreteras y asfaltado de pistas -con el consiguiente aumento del tráfico y la velocidad- y a la falta de mantenimiento de vallas y cunetas.
La Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea ya ha admitido a trámite la denuncia presentada por la ONG conservacionista WWF, que critica la inacción del Gobierno español ante el aumento de la mortalidad de linces en las carreteras.
Gato lince
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El esfuerzo de conservación realizado para evitar la extinción del lince ibérico ha dado sus frutos, y de una población menguante de menos de 100 individuos en 2002, ahora viven 404 felinos en los bosques mediterráneos de la Península Ibérica. Un nuevo y ambicioso proyecto de conservación, LIFE Iberlince, está recuperando algunos de los territorios perdidos por el lince en España y Portugal.
El lince ibérico tiene muchas manchas, pesa la mitad que la especie euroasiática, tiene patas largas y una cola muy corta con la punta negra. Su pelaje es leonado con manchas oscuras y presenta una característica “barba” alrededor de la cara y prominentes penachos negros en las orejas.
Las hembras de lince paren generalmente entre marzo y abril. El tamaño medio de la camada es de 3, y rara vez sobreviven al destete más de 2 crías. Los gatitos abandonan la madriguera entre los 8 y los 23 meses. Se han detectado tasas muy elevadas de mortalidad durante la dispersión.
Lince canadiense de grandes patas
Existen temores reales de que pronto se convierta en la primera especie de felino en extinguirse desde hace al menos 2.000 años. El lince euroasiático es uno de los mayores depredadores de Europa. Se ha recuperado del borde de la extinción en Europa, pero sigue en peligro crítico en algunas zonas, como en el Voges, en el bosque del Palatinado, en el bosque de Bohemia-Baviera y en los Balcanes (fuente).
Irónicamente, en el pasado la especie se consideraba a la vez un atractivo trofeo de caza y una alimaña. Los cazadores apreciaban su valiosa piel y su carne, y aunque algunos terratenientes aprecian su papel en la reducción del número de zorros y conejos, la mayoría lo percibe como una amenaza para sus poblaciones cinegéticas.
El lince no respeta las fronteras nacionales. Las poblaciones de lince están presentes en 11 regiones distintas, pero sólo 4 de ellas evitaron la extinción del lince en el siglo pasado: Escandinavia, el Báltico, los Balcanes y los Cárpatos.
En el noroeste de Europa el lince desapareció por completo. Llegó a vagar por las campiñas del Reino Unido, pero se extinguió porque se le cazaba por su piel y porque la agricultura intensiva destruyó sus hábitats.
Lince canadiense
El lince ibérico (Lynx pardinus) es una especie de felino salvaje endémico de la Península Ibérica, en el suroeste de Europa. Está clasificado como En Peligro en la Lista Roja de la UICN[2]. En el siglo XX, la población de lince ibérico había disminuido debido a la caza excesiva, la caza furtiva, la fragmentación de hábitats adecuados y el declive de la población de su principal especie de presa, el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus), causado por la mixomatosis y la enfermedad hemorrágica del conejo[3][4][5].
A principios del siglo XXI, el lince ibérico estaba al borde de la extinción, ya que en 2002 sólo sobrevivían 94 individuos en dos subpoblaciones aisladas en Andalucía. Desde entonces se han aplicado medidas de conservación, que incluyen la mejora del hábitat, la repoblación de conejos, la translocación, la reintroducción y el seguimiento de los linces ibéricos. En 2012, la población había aumentado a 326 individuos,[6] a 855 en 2020,[7] y a 1.111 en 2021[8].
Felis pardina fue el nombre científico propuesto por Coenraad Jacob Temminck en 1827, quien describió pieles de linces ibéricos abatidos en la zona del río Tajo, en Portugal, que se comercializaban en París y Londres[9].