Pata negra
Seguramente lo sepa, pero el jamón serrano e ibérico es uno de los alimentos más típicos y tradicionales de la gastronomía española. Su textura jugosa y su sabor inconfundible lo convierten en un auténtico manjar elaborado a partir de las patas traseras del cerdo, a la vez que es una fuente de nutrientes, especialmente proteínas de alto valor biológico. El jamón es un producto con propiedades beneficiosas para la salud. Es un alimento que puede incluirse en todo tipo de dietas, incluso en las hipocalóricas. No lo dudes y disfrútalo, porque hoy en este artículo te contamos los 10 principales beneficios de comer jamón ibérico. El jamón es un alimento muy valorado tanto a nivel local como internacional, es un ingrediente muy demandado en la buena cocina mediterránea.
Más allá de su popularidad, por su exquisito sabor, pocos conocen y aprecian las propiedades nutricionales del jamón serrano, que son variadas y esenciales para nuestra salud. El jamón es a España lo que el queso a Francia, a Italia puede ser la pasta, o a Noruega el salmón. Es nuestro producto estrella, pero ¿sabemos realmente cuáles son sus principales beneficios para la salud? Si atendemos a la clasificación establecida por la Fundación Española de la Nutrición, existen diferentes tipos de jamón. Entre las variedades del cerdo ibérico encontramos:
Spanish schinken
El éxito del jamón de pata negra en España y en todo el mundo se debe principalmente a su intenso sabor y al placer que produce su consumo. Pero no hay que olvidar que el jamón de pata negra tiene excelentes propiedades nutricionales que lo convierten también en un producto muy saludable, hasta el punto de ser recomendado por los nutricionistas como complemento ideal de una dieta completa y equilibrada.
Lo primero que hay que saber es que no todos los tipos de jamón tienen las mismas características nutricionales. El hecho de que los cerdos ibéricos se críen en la dehesa, alimentándose de bellotas, raíces y pastos naturales, hace que las propiedades nutricionales del jamón de pata negra sean muy diferentes a las de los jamones de cerdo blanco.
El jamón de pata negra contiene más aminoácidos por gramo que otros jamones. Además, el proceso de curación al que se somete facilita su digestión. Esto es muy importante, ya que la asimilación de nutrientes es mucho mayor.
El jamón de pata negra tiene un mayor contenido en ácidos grasos insaturados y un menor contenido en grasas saturadas. Esta es una de las razones por las que el jamón de pata negra aumenta el colesterol bueno y reduce el malo. Por estas razones, en los últimos años los nutricionistas han incluido el jamón ibérico en la dieta mediterránea.
Jamón ibérico
El jamón serrano es perfecto para toda la familia y para todo tipo de dietas, incluidas las hipocalóricas. Se adapta perfectamente a personas con necesidades especiales, como niños, adolescentes, deportistas y personas mayores.
Lo primero que debe hacer es examinar el producto en su conjunto, prestando especial atención a los signos distintivos de calidad. Se recomienda leer la etiqueta y comprobar las siguientes características: el símbolo de calidad y garantía ETG y el periodo de curación, que se encuentra en la etiqueta de las diferentes categorías de la Fundación del Jamón Serrano.
Compruebe el tacto. El jamón serrano no debe estar ni demasiado blando ni demasiado duro. Fíjese en la capa exterior de grasa, que es un símbolo de calidad. Cuanta más grasa tenga el exterior del jamón serrano, mayor será la infiltración de grasa en el interior, lo que hace que el producto sea de mayor calidad.
De hecho, el jamón serrano ayuda a eliminar el colesterol “malo” (LDL) y a aumentar nuestros niveles de colesterol “bueno” (HDL). Esto ocurre por los altos niveles de ácido oleico (el ácido graso insaturado que se encuentra en el aceite de oliva) y el equilibrio de grasas que se encuentra en el producto.
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La dieta de una persona está directamente relacionada con ciertas enfermedades crónicas como las cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, la osteoporosis, la obesidad, etc. Afortunadamente, nuestra dieta es un factor de riesgo que se puede ajustar. Siguiendo una dieta sana y equilibrada, podemos prevenir o retrasar la aparición de estas enfermedades crónicas.
El consumo regular y moderado de jamón serrano puede prevenir y/o retrasar la aparición de la osteoporosis por su alto contenido en proteínas, vitaminas y minerales. La osteoporosis debe prevenirse a todas las edades, pero debemos prestar especial atención a nuestra dieta durante la infancia y la niñez para obtener la mayor masa ósea durante estos períodos críticos de crecimiento y evitar la pérdida de masa ósea.
5.- Lanchares Pérez, J.L., González Rodríguez S.P. Balance mineral y homeostasis: calcio, fósforo y magnesio. En Osteoporosis y menopausia. Castelo- Branco y Haya Palazuelos, J.2004; 43-68. Ed. Panamericana.