Se puede comer jamón serrano crudo
Las j se pronuncian como las h en español. ¿Cuál es la diferencia entre el jamón serrano y el jamón ibérico? La diferencia más importante radica en la raza del cerdo. El jamón serrano procede del cerdo blanco, una raza común en la mayoría de los países, como el jamón serrano italiano. El jamón ibérico de bellota tiene la capacidad única de transformar más de la mitad de su grasa en “grasa buena”, con propiedades similares a las del ácido oleico, como el aceite de oliva. Es la única raza de cerdo que puede hacerlo. Otra diferencia importante es que los cerdos ibéricos se dejan vivos normalmente el doble de edad que el cerdo blanco (la edad media en el momento del sacrificio es de 14-20 meses). Esto permite que se produzca el efecto “marmoleado” de la grasa dentro de la carne. Además, los cerdos ibéricos campan a sus anchas por las dehesas y disponen de mucho espacio natural.
Recetas con jamón ibérico
El jamón serrano es un alimento de alto valor nutritivo y proteico, recomendado para todo tipo de dietas saludables y para todos los grupos de población. Consorcio Jamón Serrano garantiza un producto sano, tradicionalmente natural y rico en:
Desde hace años, la dieta mediterránea exalta el jamón serrano como fuente fundamental de proteínas, vitaminas, minerales y grasas no saturadas. El arte de su elaboración, curación y maduración es estudiado y valorado por nutricionistas internacionales y profesionales especializados en cocina española y mediterránea.
Los nitritos y nitratos son conservantes que se añaden a todos los jamones curados durante el proceso de salazón para controlar el desarrollo microbiano y garantizar la seguridad microbiológica del consumidor. Además, realzan el sabor y el color de los productos curados.
Los niveles de nitritos en los jamones curados están muy regulados por las autoridades europeas: la cantidad máxima de nitratos es de 150 ppm, que es lo necesario para mantener la seguridad microbiológica y los beneficios organolépticos.
¿Se puede comer jamón crudo?
El jamón es un alimento históricamente importante. Se ha secado y curado con sal durante siglos. El jamón español goza de gran reconocimiento como alimento gourmet tanto en España como en el resto del mundo. Se consume habitualmente en la mayoría de los hogares españoles. Existen varios tipos de jamón curado en España, con precios que van de económicos a muy caros, y son bastante accesibles, ya que se venden en tiendas de ultramarinos, charcuterías y supermercados.
Si es la primera vez que oye hablar del jamón español, debe saber que existen básicamente dos tipos diferentes de jamones curados, el jamón serrano o “jamón de montaña” y el jamón ibérico o “jamón ibérico”. El jamón ibérico, como su nombre indica, procede exclusivamente del cerdo ibérico. La cría del cerdo ibérico se limita a una zona del suroeste de España y el sureste de Portugal. Aunque se alimentan de algunos cereales, estos cerdos también vagan por el campo y se alimentan de bellotas. El proceso de curación del jamón ibérico dura entre 14 y 36 meses. Por su parte, el jamón serrano se elabora a partir de varias razas diferentes de cerdos blancos, como el Duroc, el Landrace o el Large White. Se alimentan principalmente de cereales y se curan de 7 a 16 meses. Y como último apunte, en España hay casi 2.000 productores de jamón serrano.
Jamón serrano cómo comer
La mayoría de los expertos coinciden en que la temperatura adecuada para consumir jamón ibérico es entre 21° C y 23° C, ya que a esta temperatura la grasa intramuscular adquiere la textura, el color y la jugosidad ideales para su consumo.
Esta grasa intramuscular está presente en el centro de una pieza loncheada fina que le permitirá disfrutar al máximo de su sabor. El jamón ibérico se considera un alimento más saludable, debido a su alto contenido en ácido oleico: los efectos positivos del ácido oleico sobre el colesterol han sido demostrados en numerosos estudios científicos.
Además, los altos niveles de minerales como el hierro y el zinc permiten cubrir casi la mitad de las necesidades nutricionales diarias de estos minerales que son importantes en la prevención de enfermedades como la anemia.
El consumo de jamón ibérico es saludable siempre que se mantenga una dieta equilibrada. Pero ¡cuidado! Sólo el jamón que procede de cerdos que han sido engordados mediante una alimentación en dehesa, por ejemplo cerdos alimentados exclusivamente con bellotas y otros recursos de la dehesa, tienen estas propiedades nutricionales.