Nombres visigóticos
Tres libros recientes analizan el poder en el reino de los visigodos, el llamado estado sucesor que, en el siglo VII, había reclamado la soberanía sobre la Península Ibérica y la Septimania (sur de la Galia). Si bien el poder, y especialmente el alcance y los límites del poder real, ha sido un tema recurrente en la erudición visigoda, estas contribuciones pretenden aportar nuevos marcos e interpretaciones a esta persistente cuestión. Los volúmenes, con puntos de vista a veces divergentes y a veces convergentes sobre el poder en el reino visigodo, ofrecen una visión global del estado del campo, así como nuevas vías posibles de investigación.
El primer libro, El reino visigodo en Iberia: Construcción e invención, de Santiago Castellanos, ofrece un resumen de la prolífica producción del autor, así como una sucinta introducción a una importante vertiente de la erudición visigoda. Como indica el título, el libro adopta el léxico habitual de la historiografía de la construcción del Estado y, sobre todo, del Estado-nación. En opinión de Castellanos, el proceso de “construcción” del Estado visigodo supuso el arraigo de una nueva política en las estructuras de poder preexistentes en la Hispania romana, mientras que la “invención” se refiere a los discursos que justificaban, entre otras cosas, por qué y cómo se debía obedecer a los reyes. Para un público anglófono, este libro representa una síntesis accesible de una vertiente particular de la historiografía visigoda actual. El marco cronológico de la obra es menos ambicioso de lo que sugiere el título, ya que Castellanos se centra en el periodo que va hasta los reinados de Chindaswinth (r. 642-653) y Recceswinth (co-gobernante 649-653, gobernante único 653-672), momento en el que se habría completado la construcción e invención del reino.
Visigoths deutsch
La Monarquía, en sus diferentes concepciones y modalidades, ha sido la forma de gobierno predominante o la institución que ha ostentado el máximo poder político en España y sus territorios adyacentes a lo largo de la historia. De ahí que la historia política e institucional de España, como la de otros países europeos, sea, en parte, la historia de su Monarquía y de sus reyes y reinas.
El colapso del Reino hispano-godo, debido a sus conflictos internos y a la conquista musulmana, dio lugar al proceso conocido convencional e históricamente como la Reconquista. Varios núcleos cristianos del norte peninsular, especialmente en Asturias, fundaron reinos y gobernaron monárquicamente espacios que, paulatinamente y sin tregua, fueron recuperando la península, siendo su mascarón de proa el extinto Reino Hispano-Godo y su objeto su plena restauración en el poder.
Asturias, Galicia, León, Castilla y Navarra, Aragón y los condados catalanes consolidaron sus tierras originales y ampliaron sus territorios, impulsando también la creación de nuevos reinos en las regiones adyacentes. Así, en la península y en las islas se fundaron otros reinos, como el de Portugal, el de Valencia y el de Mallorca. En esos siglos, la parte de la península conocida como al-Andalus fue gobernada monárquicamente, al igual que los territorios cristianos, formando en las distintas épocas el Emirato y Califato de Córdoba y, posteriormente, las Taifas.
Derecho visigodo
VisigodosVisigodosLas águilas representadas en estas fíbulas del siglo VI, y encontradas en Tierra de Barros (Badajoz), eran un símbolo popular entre los godos de España.[a]ReligiónPaganismo gótico, arrianismo, cristianismo niceno, paganismo romanoGrupos étnicos relacionadosOstrogodos, godos de Crimea, gépidos
Los visigodos se instalaron por primera vez en el sur de la Galia como foederati de los romanos, relación que se estableció en el año 418. Sin embargo, pronto se enemistaron con sus huestes romanas (por razones que ahora se desconocen) y establecieron su propio reino con capital en Tolosa. A continuación, extendieron su autoridad a Hispania a expensas de los suevos y los vándalos.
Durante su gobierno en Hispania, los visigodos construyeron varias iglesias que sobrevivieron, y dejaron muchos artefactos que han sido descubiertos en número creciente por los arqueólogos en los últimos años. El Tesoro de Guarrazar de coronas y cruces votivas es el más espectacular. Sin embargo, en el año 507, su dominio en la Galia acabó con los francos bajo el mando de Clodoveo I, que los derrotó en la batalla de Vouillé. A partir de entonces, el reino visigodo se limitó a Hispania, y nunca más volvieron a tener territorio al norte de los Pirineos, salvo en la Septimania, donde un grupo de élite de visigodos llegó a dominar el gobierno, especialmente en la provincia bizantina de Spania y en el Reino de los Suevos.
Reino ostrogodo
Alarico entra en ItaliaAlarico, uno de los primeros reyes de los visigodos germánicos, entra en Italia y amenaza a Roma. El emperador romano, Honorio, ofrece a los visigodos tierras en la Galia y los alista para expulsar a los vándalos de la provincia romana de Hispania en la Península Ibérica.
Los visigodos trasladan su capital a ToledoLos visigodos, con sede en Toulouse, trasladan su capital a Toledo, en el centro de Iberia. Practican el arrianismo, mientras que sus súbditos hispanorromanos siguen el cristianismo ortodoxo o católico. Pequeñas comunidades de judíos viven en varias ciudades de Iberia, una región que llaman “Sefarad”.
Los visigodos unifican la Península IbéricaLos visigodos unifican la Península Ibérica desde Cantabria en el norte hasta el Estrecho de Gibraltar en el sur, dejando algunas pequeñas zonas a los vascos y otros grupos. El rey visigodo Recaredo se convierte al catolicismo y el Tercer Concilio de Toledo lo declara religión oficial del reino. Los judíos, prósperos como mercaderes, comerciantes y prestamistas, son cada vez más objeto de duras políticas y ataques periódicos.