Península Ibérica
Las listas indicativas de los Estados Partes son publicadas por el Centro del Patrimonio Mundial en su sitio web y/o en documentos de trabajo con el fin de garantizar la transparencia, el acceso a la información y facilitar la armonización de las listas indicativas a nivel regional y temático.
El arte mozárabe se desarrolló en la Península Ibérica entre finales del siglo VIII/principios del siglo IX y mediados del siglo XI como resultado de la convergencia e hibridación de varias tradiciones culturales. La arquitectura, la escultura y el mobiliario forman parte de un conjunto excepcional por su monumentalidad, su estado de conservación y su singularidad.
El mozárabe es un arte único, de carácter ecléctico, producto del sincretismo de diferentes fuentes, que se desarrolla en un tiempo y un entorno geográfico concreto, basado en el excepcional desarrollo de los acontecimientos en Iberia en la Alta Edad Media. Es, por tanto, un reflejo directo de la combinación de la tradición local y la innovación extranjera que llegó a las costas ibéricas junto con la población musulmana en el año 711.
¿Por qué es conocida Iberia?
La Península Ibérica (/aɪˈbɪəriən/), también conocida como Iberia, es una península situada en el suroeste de Europa que define el extremo occidental de Eurasia. Está dividida principalmente entre España y Portugal, abarcando la mayor parte de su territorio, así como una pequeña zona del sur de Francia, Andorra y Gibraltar.
¿De dónde proceden los íberos?
Los íberos vivían a lo largo de la costa mediterránea y en el sur y centro de la Península Ibérica, así como en la región francesa del Languedoc. El amplio espacio cultural del antiguo Mediterráneo fue el escenario de la dinámica histórica entre los siglos VI y I a.C. que protagonizaron los pueblos ibéricos.
Dama de elche
SANTANDER.- El Centro Botín, en colaboración con el Musée national Picasso-Paris y con el inestimable apoyo de la familia Picasso, presenta la exposición “Picasso Ibero”, que podrá disfrutarse en Santander del 1 de mayo al 12 de septiembre de 2021.
Pablo Picasso conoció el arte ibérico a principios de 1906 en el Louvre, que entonces exponía un importante conjunto de esculturas y objetos recién excavados. Este descubrimiento marcó un punto de inflexión en sus investigaciones formales, llevándole desde su obra más clásica hasta su salto al cubismo. Esta exposición en el Centro Botín ofrece al visitante un panorama completo de las obras del artista desde su periodo protocubista hasta sus últimos años. Al mismo tiempo, examina el fértil diálogo que se inicia con el periodo “ibérico”, siguiendo los desarrollos decisivos que conducen desde el Picasso del periodo rosa hasta una selección de obras de 1908, y continuando hasta las piezas que resuenan formal o conceptualmente con los grandes temas, características y prácticas del arte ibérico. Estas continúan hasta sus últimos años de actividad, e incluyen una inmensa variedad de técnicas y realizaciones artísticas.
¿Cómo eran los ibéricos?
HistoriaEsta estatua de 2.400 años de antigüedad revela información sobre la antigua EspañaHambrientos de artefactos de una esquiva civilización ibérica, los arqueólogos se emocionaron al encontrar una elaborada estatua funeraria apodada la ‘Dama de Baza’.Por Benjamín ColladoPublicado el 25 Nov 2020, 13:57 GMLa colorida Dama de Baza, sentada en un trono alado, fue encontrada en una necrópolis ibérica en Baza, España. La pieza fue creada a principios del siglo IV a.C.Fotografía de ASF, AlbumAl norte de la pequeña ciudad de Baza, en el sur de España, se encuentra una necrópolis prerromana conocida como Cerro del Santuario. En 1971 se estaba excavando y una mañana de julio, bajo el resplandor del sol andaluz, la herramienta de un trabajador golpeó algo duro. Parecía una roca de color, pero cuando el arqueólogo Francisco José Presedo se acercó a mirar vio algo intrigante. Al retirar más tierra, surgió el rostro de una mujer, que por fin veía la luz tras casi 2.500 años bajo tierra.
Conocida hoy como la Dama de Baza, esta escultura de piedra caliza de metro y medio de altura representa a una mujer enjoyada, ricamente vestida y sentada en un trono alado. La obra, que en su día estuvo pintada con gran viveza, aún conserva restos de pigmentos, como el rubor de las mejillas y los cuadros rojos y blancos en el borde del manto. En un compartimento del lado derecho se encontraron restos humanos incinerados, lo que confirma la función de la Dama de Baza como urna funeraria, fechada hacia el 380 a.C.
Proto ibérico
El joven artista mira desafiante al espectador por encima del hombro. Su camisa blanca, pintada con atrevidas pinceladas, resplandece sobre el fondo oscuro; en su mano derecha sostiene una paleta con restos de pintura que, junto con el naranja y el amarillo vivos de su corbata y su rostro, crean marcados contrastes. El aspirante a artista realizó este autorretrato para su primera exposición en la galería Ambroise Vollard de París. Picasso se pintó a sí mismo en un estilo que recuerda a Henri de Toulouse-Lautrec o Vincent van Gogh. Sólo la paleta identifica al sujeto como artista. Los colores aplicados de forma expresiva, cuyas pinceladas son claramente visibles, tienen un significado: aquí no se retrata al pintor trabajando, sino a través de su obra. El cuadro es una declaración audaz del artista recién llegado a París, algo que Picasso subraya con la inscripción “Yo” junto a su firma en la esquina superior izquierda del lienzo. A partir de ese momento, firmará sus obras simplemente “Picasso”, el apellido de su madre.