Tribus celtas
Por: Beebe Bahrami Ver PDFCuando subí al autobús en Ferrol, Galicia, le pregunté al conductor en español: “¿Es este el autobús a Cedeira?”. No me miró, pero respondió a mi pregunta en gallego, la lengua de esta región del noroeste de España. El gallego está emparentado tanto con el español como con el portugués, aunque se acerca mucho más al portugués.
Cuando le pedí una aclaración en español, comenzó una larga diatriba en gallego mientras la gente del autobús asentía con la cabeza. Finalmente, una mujer me sonrió compasivamente y me agarró de la manga, invitándome a tomar asiento. Lo único que dijo fue: “Sí, Cedeira”. Tardé unos días más en Galicia en darme cuenta de que no estaba experimentando sólo un sentimiento nacionalista expresado a través de la lengua, sino un sentimiento más ancestral, uno en el que los gallegos hablan una lengua distinta del resto de España tanto para afirmar su autonomía como para reconectarse con su pasado regional, uno que muchos dirán que es más celta, matriarcal y atlántico que castellano, patriarcal y mediterráneo. Se trata de una reconexión reciente, permitida sólo con la muerte del dictador español Francisco Franco en 1975.
Celtici
No existe un acuerdo completo sobre la definición exacta de los celtíberos entre los autores clásicos, ni entre los estudiosos modernos. El río Ebro divide claramente las zonas celtíberas de los pueblos de habla no indoeuropea[3] En otras direcciones, la demarcación es menos clara. La mayoría de los estudiosos incluyen como tribus celtíberas a los arévacos, pellendones, belli, titíes y lusones, y ocasionalmente a los berones, vaccaei, carpetanos, olcades o lobetanos[4].
En 195 a.C., parte de la Celtiberia fue conquistada por los romanos, y en 72 a.C. toda la región había pasado a formar parte de la provincia romana de Hispania Citerior. Los celtíberos subyugados libraron una prolongada lucha contra los conquistadores romanos, protagonizando levantamientos en 195-193 a.C., 181-179 a.C., 153-151 a.C. y 143-133 a.C. En el año 105 a.C., los guerreros celtíberos expulsaron a los cimbrios germánicos de España en la Guerra Címbrica (113-101 a.C.) y también desempeñaron un papel importante en la Guerra Sertoriana (80-72 a.C.).
El término Celtiberi aparece en los relatos de Diodoro Sículo[5], Appiano[6] y Marcial[7], que reconocen el mestizaje entre celtas e íberos tras un periodo de guerra continua, aunque Barry Cunliffe dice que “esto tiene el tinte de una conjetura”[8]. “[8] Estrabón sólo veía a los celtíberos como una rama de los celtas[1]. Plinio el Viejo pensaba que el hogar original de los celtas en Iberia era el territorio de los celtici en el suroeste, basándose en una identidad de ritos sagrados, lengua y nombres de ciudades[9].
Celtiberia
La lingüística que marca la división de la Península Ibérica en dos zonas diferenciadas: una ibérica y otra celtibérica. Sólo se utilizó la escritura indígena en la ibérica y dentro de la segunda en la zona lusitana celtibérica y el resto ignoró la escritura hasta que adoptó el latín en época romana. Los topónimos antropónimos y muestran la existencia de dos zonas diferenciadas dentro de la Península: los topónimos indoeuropeos terminados en-briga, o los realizados con antropónimos in-isceros ibéricos y-Beles, marcan límites coincidentes también con las leyendas de monedas, con el sufijo-Sken para la zona ibérica-kom,-kos, para la celtibérica.
En cuanto a la organización social que se desprende del análisis lingüístico se vinculan al área celta los antropónimos más conocidos de Ambatus, cuya etimología hace referencia al sistema de clientela existente en esta sociedad. Igualmente las famosas teselas de hospitalidad (acuerdos de ayuda mutua entre personas, ciudades y grupos) se circunscriben al área nuclear y al área celtibérica siguiente.
Estas dos grandes áreas parecen mostrar una mentalidad social y religiosa distinta. Podemos traducirnos dentro del área definida como territorio celta peninsular en el que sin duda vivieron los celtas históricos y que se extiende por el lado este de las provincias de Guadalajara, Soria, La Rioja y el oeste de Zaragoza y Teruel, y que se ampliaría hasta el norte de Cuenca si se aceptara incluir las ciudades que cita Ptolomeo como carpetana celtibérica. Este territorio está sujeto a cambios debido a los criterios interpretativos que están sujetos a las fuentes históricas, arqueológicas y lingüísticas disponibles.
Conquista romana de Iberia
* Al principio de la Historia Antigua, los celtas y los íberos (celtíberos) vivían en la Península Ibérica. A partir del siglo X a.C., aproximadamente, llegaron a la Península Ibérica los pueblos de las civilizaciones fenicia, griega y cartaginesa. Los fenicios, griegos y cartagineses cambiaron la forma de vivir en la Península Ibérica. Introdujeron nuevos productos, como el vino y el aceite de oliva; la escritura y el uso de monedas para el comercio.
– Introdujeron el derecho romano; su lengua, el latín; las escuelas romanas; las esculturas, pinturas y mosaicos de estilo romano; y su religión. La religión romana tenía muchos dioses. Más tarde, los romanos adoptaron el cristianismo y lo introdujeron en la Península Ibérica.
– Además de Hispania, los romanos conquistaron muchas otras tierras en Europa, África y Asia. El conjunto de estas tierras se denominó Imperio Romano y fue gobernado por el emperador romano. Tres de estos emperadores nacieron en Hispania: Trajano, Adriano y Teodosio.
– Los pueblos que vivían fuera del Imperio Romano eran llamados bárbaros. En el siglo III d.C., comenzaron a invadir el imperio. Los romanos lucharon contra ellos durante más de 200 años. En el 476 d.C. los bárbaros conquistaron el imperio. Eliminaron al último emperador, Rómulo Augusto. Esta fue la caída del Imperio Romano y el fin de la Historia Antigua.