Artesanía toledo
La falcata es un tipo de arma, una espada de acero originaria de Iberia, y por tanto relacionada con las poblaciones autóctonas ibéricas anteriores a la conquista romana. Fue utilizada por los países ibéricos o vecinos como los celtíberos siendo la espada más común en la zona de la península.
La falcata es un tipo de arma, una espada de acero originaria de Iberia, y por tanto relacionada con las poblaciones autóctonas ibéricas anteriores a la conquista romana. Fue utilizada por los países ibéricos o vecinos como los celtíberos siendo la espada más común en la zona de la península.
Espadas de Toledo sitio web
Esta falcata de Almedinilla (Córdoba) es una espada de hierro de doble filo datada entre los siglos IV y III a.C., un arma típica de los pueblos íberos. Se fabricaba soldando tres tiras de metal. La tira central es más larga y sirve de núcleo metálico de la empuñadura, que suele tener forma de animal guardián. Hasta finales de la Edad del Bronce, las espadas sólo se utilizaban para empujar, pero gracias a su hoja afilada, la falcata también podía acuchillar y cortar. Presenta damasquinados ornamentales en la empuñadura y en el extremo de la hoja. Esta técnica decorativa consiste en incrustar una fina banda de metal precioso -plata, en este caso- martillada en una superficie metálica menos valiosa, como el hierro de esta espada. Además de ser un arma compleja y práctica, la falcata también tenía un valor simbólico: indicaba la riqueza y el estatus social de su portador, como otros objetos hoy en día.
Un examen más detenido de los detalles de este objeto revela que es producto de una cuidadosa reflexión y experiencia. Un completo proceso de diseño precedió y definió su materialización, adecuada a las necesidades del guerrero que la empuñaba. Los detalles son coherentes, sin dejar nada al azar en el esfuerzo por hacer de ella un arma lo más eficaz posible, pues para crear, primero hay que cuestionarlo todo. El resultado es un diseño robusto que cumple su función: la guerra. La forma curva y asimétrica distribuye el peso para aumentar el impulso de los movimientos del guerrero, y la unión de la hoja y el colmillo, tradicionalmente un punto débil, está reforzada; la hoja de doble filo la hace versátil; y los batanes a lo largo de la hoja, además de añadir valor estético, la hacen más ligera sin sacrificar resistencia. Las armas modernas que más se parecen a las afiladas falcatas de doble filo son probablemente los grandes cuchillos militares de combate diseñados específicamente para la guerra y la supervivencia.
Espadas toledo auténticas
Espada de acero originaria de Iberia. La calidad del hierro fue alabada por los cronistas romanos, sorprendidos por su capacidad de corte y flexibilidad, una de las características más estimadas y buscadas en su fabricación.
La falcata es un tipo de arma blanca, una espada de acero originaria de Iberia, y por tanto emparentada con los pueblos ibéricos nativos anteriores a la conquista romana. Fue muy utilizada entre los pueblos íberos, o los celtíberos limítrofes a los primeros, siendo la espada más común en la zona peninsular.
La calidad del hierro empleado para la construcción de las armas hispanas fue alabada por los cronistas romanos, que se sorprendieron por su capacidad de corte y flexibilidad, una de las características más apreciadas y buscadas en su fabricación.
Como nota curiosa que refleja la eficacia de estas armas queda el hecho de que, tras las primeras batallas en la Península Ibérica, se dio orden a las tropas romanas de reforzar con hierro los filos de sus escudos, posiblemente para contrarrestar el poder cortante de las falcatas, muy superior al de las espadas rectas y sables.
Falcata ibérica
La falcata es un tipo de arma, una espada de acero originaria de Iberia, y por tanto emparentada con las poblaciones autóctonas ibéricas anteriores a la conquista romana. Fue utilizada por los países ibéricos o vecinos como los celtíberos siendo la espada más común en la zona de la península.
Los cronistas romanos alabaron la calidad del hierro que se utilizaba para la construcción de las armas hispanas, sorprendiéndoles su capacidad de corte y flexibilidad, una de las características más apreciadas y buscadas en su fabricación.
Como nota curiosa, reflejo de la eficacia de estas armas, tras las primeras batallas en la Península Ibérica, se dio orden a las tropas romanas de reforzar con hierro los filos de sus escudos, posiblemente debido al poder cortante de las falcatas, muy superior al de las espadas rectas y sables.