Ibers i celtes

Celtas e ilirios

Este artículo trata sobre un antiguo pueblo de la Península Ibérica conocido hoy como los íberos. Para los íberos actuales, véase Españoles y Portugueses. Para los antiguos georgianos, véase Reino de Iberia.

La cultura íbera se desarrolló a partir del siglo VI a.C., y quizá ya entre el quinto y el tercer milenio a.C., en las costas oriental y meridional de la península Ibérica[2][3][4] Los íberos vivían en aldeas y oppida (asentamientos fortificados) y sus comunidades se basaban en una organización tribal. Los íberos del Levante español estaban más urbanizados que sus vecinos del centro y noroeste peninsular. Los pueblos del centro y noroeste eran en su mayoría hablantes de dialectos celtas, semipastoriles y vivían en poblados dispersos, aunque también tenían algunas ciudades fortificadas como Numancia[5]. Conocían la escritura, la metalurgia, incluido el bronce, y las técnicas agrícolas.

En los siglos que precedieron a la conquista cartaginesa y romana, los asentamientos ibéricos crecieron en complejidad social, mostrando evidencias de estratificación social y urbanización. A este proceso contribuyeron probablemente los contactos comerciales con fenicios, griegos y cartagineses. A finales del siglo V y principios del IV a.C., una serie de importantes cambios sociales condujeron a la consolidación de una aristocracia y a la aparición de un sistema clientelar. “Este nuevo sistema político dio lugar, entre otras cosas, a ciudades y pueblos que giraban en torno a estos líderes, lo que también se conoce como nucleación territorial. En este contexto, el oppidum o ciudad ibérica fortificada se convirtió en el centro de referencia del paisaje y del espacio político”[6].

  Iberos y celtas

Religión celta

Además de una visita a la carnicería, hubo presentaciones a cargo de representantes del Instituto de Ciencias Biológicas, Medioambientales y Rurales (IBERS) y de Marin Blackwell, de la carnicería Direct Meats.

Pip Nicholas, del IBERS, presentó un resumen final del proyecto Cantogether. Nicholas destacó los distintos objetivos adoptados por diez países europeos, entre ellos Gales, España e Irlanda, para diseñar sistemas innovadores de agricultura mixta sostenible.

La Dra. Sara Morgan, también del IBERS, presentó su tesis final sobre “Ácidos grasos de la hierba para mejorar la calidad de la carne de vacuno”. Celtic Pride Scheme colaboró con la Universidad de Aberystwyth en la evaluación y comparación de los niveles de grasas poliinsaturadas e insaturadas y ácidos grasos omega 3 y omega 6 en la carne terminada con distintos regímenes de alimentación.

  Nombres iberos y celtas

Blackwell, de Direct Meats, en Colchester, habló de la importancia de crear una marca para lograr una “propuesta de venta única”. En la actualidad, Direct Meats exporta muchos cortes a Hong Kong y Dubai, mientras que, a la espera de aprobación, la empresa tiene previsto exportar también su carne de vacuno a Singapur.

Hispano celta

Las oleadas migratorias y la creciente sofisticación de los pueblos que aquí se asentaron en el primer milenio a.C. dieron lugar a las primeras estructuras políticas y culturales que podríamos calificar de civilización. El territorio estuvo poblado por dos etnias diferentes: los celtas, asentados en castros y poblados fortificados -de los que se han recuperado y conservado numerosos ejemplos- principalmente en el norte y oeste del país; y los íberos o iberos, que se extendieron por todo el litoral mediterráneo y sus áreas de influencia, y cuyo legado incluye obras escultóricas tan logradas como la famosa Dama de Elche. En las tierras de la gran meseta interior, el mestizaje de ambos pueblos dio lugar a las llamadas tribus celtíberas, los habitantes de Numancia.

Celtiberia

Los celtíberos eran un grupo de celtas y pueblos celtizados que habitaban una zona del centro-noreste de la Península Ibérica durante los últimos siglos antes de Cristo. Varios autores clásicos (por ejemplo, Estrabón) los mencionan explícitamente como celtas. Estas tribus hablaban la lengua celtibérica y la escribían adaptando el alfabeto ibérico, en forma de escritura celtibérica. Las numerosas inscripciones que se han descubierto, algunas de ellas extensas, han permitido a los estudiosos clasificar la lengua celtíbera como una lengua celta, una de las lenguas hispanocélticas (también conocidas como celtas ibéricas) que se hablaban en la Iberia prerromana y romana temprana. Arqueológicamente, muchos elementos vinculan a los celtíberos con los celtas de Europa Central, pero también muestran grandes diferencias tanto con la cultura Hallstatt a

  Tartesios iberos y celtas
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